Una recta para el reloj

Elisa Lorenzo, estudiante de doctorado de la Politécnica de Cataluña, resuelve el cuarto desafío matemático de EL PAÍS con el que se celebra el centenario de la Real Sociedad Matemática Española.

Partamos de una recta cualquiera que divida al reloj por la mitad dejando 6 números a cada lado. Y seleccionemos una de las dos mitades. Fijémonos en el número de números pintados de rojo en dicha mitad, si este número fuese 3, esta recta cumpliría ya las condiciones del problema. Supongamos pues que no es 3, y que por ejemplo es 4. Entonces en la otra mitad habrá 6 – 4 = 2 números pintados de rojo.

Vayamos girando la recta en el sentido de las agujas del reloj poco a poco, de modo que vamos dejando un número fuera de la mitad inicial y vamos cogiendo un número nuevo. En esta nueva mitad el número de números rojos será, el mismo si hemos quitado y añadido números del mismo color, o habrá variado en más o menos uno si hemos añadido y quitado números de distinto color.

Cuando hayamos girado la recta 180º estaremos considerando la mitad opuesta a la primera que habíamos considerado, que tenía 2 números pintados de rojo. Luego nos hemos movido de una mitad que tenía 4 números pintados de rojo a una que tiene 2 números pintados de rojo moviéndonos de uno en uno, así necesariamente hemos pasado por una mitad que tenía 3 números pintados de rojo. La recta que determinaba esta mitad cumple las condiciones pedidas por el problema.

Si la mitad inicial hubiese tenido 0, 1, 2, 5 ó 6 números pintados de rojo el razonamiento es completamente análogo.

El desafío de la semana: un reloj de dos colores

Elisa Lorenzo García, estudiante de doctorado de la Universidad Politécnica de Cataluña, plantea el cuarto desafío matemático de EL PAÍS.

Se considera un reloj con sus 12 números en torno a una circunferencia: 1, 2, …, 12. Se pintan de azul o rojo cada uno de los 12 números de modo que haya seis pintados de azul y seis de rojo. El problema consiste en demostrar, que, independientemente del orden en que se hayan pintado, siempre existirá una posible recta que divida al reloj por la mitad, dejando en cada lado seis números, tres pintados de rojo y tres pintados de azul.

Pueden enviar sus soluciones a problemamatematicas@elpais.es y participar en el sorteo de la biblioteca matemática que ofrece EL PAÍS cada domingo.

8 de cada 6 periodistas no entienden de números

Al hilo del reportaje sobre el ‘anumerismo’ pongo esta noticia publicada por Xavi Puig en El Mundo Today.

El 90% de los encuestados desprecia el dato y el 60% restante también.

Un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revelado que 8 de cada 6 periodistas tienen serios problemas para resolver cálculos mentales: “Los más rápidos suelen tardar media hora en realizar una suma y los más lentos hasta 30 minutos”, aseguraba esta mañana el responsable de prensa de la institución. El informe añade que, de todas las asignaturas que se imparten en el plan de estudios oficial de la carrera de periodismo, sólo tres de ellas incluyen habilidades de cálculo. “Si la carrera dura cinco años y sólo en tres asignaturas hay cálculo, la proporción es de una asignatura y media por año y, si se repite curso, de cuatro por dos años ampliable a tres si se convalidan”, aclara el INE. Continuar leyendo “8 de cada 6 periodistas no entienden de números”

El ‘anumerismo’ también es incultura

Anumerismo
El anumerismo- LUIS F. SANZ

Saber pocas matemáticas nos convierte en ciudadanos más manipulables – El desconocimiento de los números carece del reproche social que provocan otras ignorancias.

Comprar un décimo a Doña Manolita “porque ahí cae mucho” sin tener en cuenta la enorme cantidad de números que despacha esa administración de lotería. Traducir del inglés la palabra billion por “billón” sin considerar que en español ese término designa una cifra mil veces mayor. Asumir sin el menor sentido crítico el titular “ocho autonomías, por debajo de la media en gasto sanitario”, sin preguntarnos qué tendrá de extraordinario la noticia.

Estos tres ejemplos son síntomas de anumerismo, la incapacidad en diversos grados para desenvolvernos en el universo de las cifras. La palabra la popularizó hace 23 años el matemático estadounidense John Allen Paulos en El hombre anumérico (Tusquets), un ensayo que ya es un clásico. Y aunque el término no ha entrado en el diccionario, describe una realidad vigente, un tipo de ignorancia que puede afectar a personas cultísimas en otras ramas del saber. Su precio, según Paulos, es alto. “Usted puede elegir entre tener o no ciertas nociones numéricas pero si no las tiene será más manipulable”. Y más proclive a dejarse engañar por charlatanes y pseudocientíficos.

Pueden seguir leyendoeste reportaje de Bernardo Marín en El País.