Prevaricación económica

Gracias al juez Garzón, más bien a sus acosadores, todos hemos podido entender en qué consiste esto de la prevaricación: en que una autoridad tome una resolución arbitraria a sabiendas de que es injusta.

Ahora leo que el comisario de economía de la UE Olli Rehn, en relación al maquillado déficit de las cuentas públicas de España en 2012, ha dicho

“El ajuste en España se ha llevado a cabo pero el crecimiento ha sido insuficiente”

Salvando el que se llame crecimiento al decrecimiento (a veces dicen crecimiento negativo), lo que me llama la atención es que, presuntamente, el señor Olli Rehn sabe que no es posible crecer recortando la economía pública y convirtiendo deuda privada en pública vía bancos malos y préstamos blandos a la banca, que es lo que él llama “ajuste”. También presuntamente él sabe que los recortes impuestos (y autoimpuestos) a España, aliñados convenientemente con la reforma laboral, generan necesariamente más paro.

Es decir, que exigen recortes a las poblaciones de los países en dificultades a sabiendas de que no producirán los resultados que dicen perseguir. Podríamos llamar a esto prevaricación económica, ¿no?

En cualquier caso no se preocupen porque no es delito. Si lo fuera habría que prohibir la Justicia.

Discúlpenme si digo obviedadades.

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Hablando del rey de Roma

Con esto de la jubilación del Papa Benedicto XVI me he acordado de este poema de Rafael Alberti.

Basílica de San Pedro

Di, Jesucristo, ¿por qué
me besan tanto los pies?

Soy San Pedro aquí sentado,
en bronce inmovilizado,
no puedo mirar de lado
ni pegar un puntapié,
pues tengo los pies gastados,
como ves.

Haz un milagro, Señor.
Déjame bajar al río,
volver a ser pescador,
que es lo mío.

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Del “y tú más” al “y yo menos”

La clase política no desaprovecha cualquier oportunidad que se les aparezca para demostrar cuan lejos están de la sociedad, del mundo real que vivimos las personas reales.

Hasta hace poco cualquier debate político se fundamentaba en la nada, es decir, en el “y tú más”. Si uno dice Gürtel, el otro contesta ERE. Si uno dice Bárcenas, el otro responde Campeón. Si uno nombra a Ana Mato el otro, como el del chiste, contesta “¿Y tú, con esas gafas?”… Y así estamos.

Asístimos ahora a una pequeña modificación de esta rutina, más egocéntrica, basada en el “y yo menos”. Se trata de sacar las declaraciones de renta para ver quién ha cobrado menos… lamentable. Seguimos en el vacío.

Mientras tanto, todo sigue igual. Los partidos seguirán manejando dinero negro, si quieren, porque nada han cambiado los políticos para evitarlo. Los corruptos seguirán llevándose dinero extra, si quieren, porque seguiran tapándose sus vergüenzas unos a otros para seguir usándolas en contra del rival cuando haga falta.

Pero sobre todo, y esto es lo terrible, cada vez hay más gente pasandolo mal, muy mal, porque los políticos no hacen más que gestionar los recortes que “les vienen impuestos” y dedicarse al debate superficial. ¡Qué lejos están de la altura que su tarea precisa!

Ay, sigue pareciéndome la más acertada aquella pancarta que leí en el 15M: “queremos políticos que aspiren a cambiar la realidad, no a gestionarla”.

(No pretendo generalizar al referirme a los políticos. Ellos saben que a ellos me refiero, aunque me temo que no leerán esto)

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