(Rincón de la Victoria)
Vine a la mar dudando si estaría
donde yo la dejé: junto a la raya
donde la espuma eventual acalla
su antigua discusión con la bahía.
Llegué a la mar. Estaba todavía.
Ella lo mismo y yo distinto. Vaya
una cosa por otra y, por la playa,
vayan las dos en busca de aquel día.
Vine a la mar y me encontré en la arena
—niño llevando cubos a la pena
y palas a la orilla del verano-.
Me hice a la mar, estando hecho al recuerdo
por perderme otra vez como me pierdo
junto al que fui, cogidos de la mano.
Manuel Alcántara
No pudiendo qué escribir este año, busqué y encontré este soneto, que tan-bien expresa algunas cosas que me gustaría decir hoy.
Dedicado a mi padre, si pudiera, en su 71 cumpleaños.