En pleno centenario del nacimiento de Alan Mathison Turing (23 de junio de 1912-7 de junio de 1954), el Parlamento Inglés ha vuelto a denegar una petición de indulto póstumo para el célebre matemático.
Turing, considerado uno de los padres de la Ciencia de la Computación, pasó de ser un héroe de guerra por su contribución en romper los códigos nazis (especialmente los de la máquina Enigma) a ser condenado por homosexualidad, realmente “indecencia grave y perversión sexual”, en 1952.
El matemático, que nunca consideró que tuviera que disculparse por el hecho de ser homosexual, fue condenado a elegir entre una pena de prisión o la castración química. Aceptó la castración, lo que le provocó importantes alteraciones físicas.
Turing murió el 7 de junio de 1954 debido a la ingesta de una manzana envenenada con cianuro. Aunque se considera el suicidio como la hipótesis más plausible, su madre siempre lo negó.
El 10 de septiembre de 2009, el Primer Ministro Gordon Brown se disculpó por el trato recibido por Alang Turing en sus últimos años de vida. Ahora, 60 años después de la condena, se ha rechazado un perdón póstumo que habría limpiado, más tarde que pronto, su nombre.