Premio para Ingrid Daubechies y David Mumford

Hace unos días se ha sabido que el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, en la categoría de Ciencias Básicas, ha sido concedido en su quinta edición a los matemáticos Ingrid Daubechies y David Mumford por “sus trabajos en teoría matemática, que han tenido una gran influencia en campos variados de aplicación, desde la compresión de datos hasta el reconocimiento de patrones”.

A ambos les une que desde la matemática pura y con enfoques multidisciplinares han buscado y formulado respuestas a problemas complejos y variados, evidenciando el poder transformador de las ciencias básicas.

El jurado reconoce en concreto a Daubechies (Houthalen, Bélgica, 1954), catedrática de la Universidad de Duke (Estados Unidos), por sus trabajos sobre “ondículas, que han derivado en un nuevo enfoque científico de la compresión de datos, con gran impacto en multitud de tecnologías, que incluyen la transmisión eficiente de audio y vídeo, y la imagen médica”.

Según el acta, a Mumford (Sussex, Reino Unido,1937), catedrático emérito de la Universidad de Brown (Estados Unidos) se le premia “por sus contribuciones al campo de la geometría algebraica y a las matemáticas de la visión artificial”. Y continúa: “Aplicó herramientas de cálculo de variaciones de la teoría de la visión y desarrolló modelos estadísticos en imagen y reconocimiento de patrones. Su trabajo ha tenido un impacto duradero tanto en las matemáticas puras como en las aplicadas”.

Ambos investigadores comenzaron sus carreras en ámbitos estrictamente teóricos, pero sin poner límites a una curiosidad intelectual que ha acabado por acercarles a aspectos más aplicados. Curiosamente han cruzado sus caminos: Daubechies se formó como física y acabó centrándose en las matemáticas, y Mumford ha tenido desde las matemáticas un importante impacto entre los físicos teóricos.

Mumford ha explicado, tras declararse ”enormemente agradecido” y “sorprendido” por el fallo del jurado, que se dedicó a las matemáticas puras porque le cautivó un profesor “capaz de explicar la geometría algebraica de forma que pareciera mágica”. Sus propios resultados, que él mismo describe como “la construcción de un mapa” que proporciona “una especie de vista de pájaro” de toda la geometría algebraica, fueron tan exitosos que en 1974, con solo 37 años, obtuvo la Medalla Fields.

Pueden seguir leyendo la noticia en la web de la Fundación BBVA.

Aprenda un poco de inglés con… Gian-Carlo Rota (y 11)

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10 Be prepared for old age

My late friend Stan Ulam used to remark that his life was sharply divided into two halves. In the first half, he was always the youngest person in the group; in the second half, he was always the oldest. There was no transitional period.

I now realize how right he was. The etiquette of old age does not seem to have been written up, and we have to learn it the hard way. It depends on a basic realization, which takes time to adjust to. You must realize that, after reaching a certain age, you are no longer viewed as a person. You become an institution, and you are treated the way institutions are treated. You are expected to behave like a piece of period furniture, an architectural landmark, or an incunabulum.

It matters little whether you keep publishing or not. If your papers are no good, they will say, “What did you expect? He is a fixture!” and if an occasional paper of yours is found to be interesting, they will say, “What did you expect? He has been working at this all his life!” The only sensible response is to enjoy playing your newly-found role as an institution.

Nota: Hemos visto aquí las diez lecciones de Gian Carlo Rota.

Aprenda un poco de inglés con… Gian-Carlo Rota (10/11)

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9 Write informative introductions

Nowadays, reading a mathematics paper from top to bottom is a rare event. If we wish our paper to be read, we had better provide our prospective readers with strong motivation to do so. A lengthy introduction, summarizing the history of the subject, giving everybody his due, and perhaps enticingly outlining the content of the paper in a discursive manner, will go some of the way towards getting us a couple of readers.

As the editor of the journal Advances in Mathematics, I have often sent submitted papers back to the authors with the recommendation that they lengthen their introduction. On occasion I received by return mail a message from the author, stating that the same paper had been previously rejected by Annals of Mathematics because the introduction was already too long.

Aprenda un poco de inglés con… Gian-Carlo Rota (9/11)

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8 Give lavish acknowledgments

I have always felt miffed after reading a paper in which I felt I was not being given proper credit, and it is safe to conjecture that the same happens to everyone else. One day, I tried an experiment. After writing a rather long paper, I began to draft a thorough bibliography. On the spur of the moment, I decided to cite a few papers which had nothing whatsoever to do with the content of my paper, to see what might happen.

Somewhat to my surprise, I received letters from two of the authors whose papers I believed were irrelevant to my article. Both letters were written in an emotionally charged tone. Each of the authors warmly congratulated me for being the first to acknowledge their contribution to the field.