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[El abuelo Siau habla con el protagonista de esta novela…]
Suspiró, hizo una profunda pausa y siguió hablando con la mirada perdida en el vacio. como si estuviera dialogando con sus propios ancestros.
– Nos dijeron: nada más grande que Emperador, porque Emperador es hijo de cielo. A fuerza de oír cantinela, algunos pensaban: será verdad. Otros pensaban: será mentira. Por causa de estas conclusiones vino guerra. Luego Larga Marcha y Libro Rojo. Y ya ve cómo hemos acabado. Adaptándonos a tiempos modernos. Durante siglos tuvimos dominación extranjera y pasamos hambre que te cagas. Ahora hemos aprendido lección, hemos sabido aprovechar oportunidad y nos hemos hecho amos de medio mundo. Ha sido triunfo de realismo sobre fantasías, de humildad sobre arrogancia. Occidente está en crisis y causa de crisis no es otra que arrogancia. Mire Europa. Por arrogancia quiso dejar de ser conjunto de provincias en guerra y convertirse en gran imperio. Cambió moneda nacional por euro y ahí empezó decadencia y ruina. Occidentales son malos matemáticos. Buenos juristas. buenos filósofos, mentalidad lógica. Pero números no son lógicos. Lógica está supeditada a criterios morales: bueno, malo, regular. En cambio números son sólo números. Ahora europeos no saben cuánto dinero tienen en banco ni cuánto valen cosas. Gastan sin ton ni son, se hacen lio y piden crédito a Caixa. Nosotros, por nuestra parte, no somos lógicos. Nuestra filosofia y nuestras leyes no tienen pies ni cabeza. Sólo mandarines entendían leyes y ya no quedan mandarines. Sin embargo, números son nuestra especialidad, quizá porque somos muchos.
El enredo de la bolsa y la vida, Eduardo Mendoza, Seix barral, 2012.
Te agradezco mucho esta cita de la novela. Me acuerdo muy bien que me gustó mucho la disquisición entre lógica y números. Un maestro, don Eduardo.
Me alegro, Francisco. Estamos abiertos a cualquier otra cita que se nos quiera proponer. Saludos.