Virginia Ródenas / ABC
Herwing Hauser, catedrático de la universidad de Viena, representa en el espacio sus ecuaciones, obras de arte que decoraron los autobuses urbanos de su ciudad
-Resulta que \(x^2+z^2+y^3 (1-y)^3=0\) es un limón, y que con \(x^2=y^2 z^2+z^3\) tenemos un colibrí.
-El limón, la figura geométrica que más me gusta por su sencillez y equilibrio, es solo una parábola. Lo importante en esa figura es que hay dos vértices o cúspides, un fenómeno típico de la singularidad.
-¿Y qué es una singularidad en geometría?
-El punto donde el objeto cambia. En un cono, es el vértice. Las singularidades aparecen en ecuaciones que estudiamos cuando trabajamos en óptica, en física… y están relacionadas con cambios instantáneos de comportamiento, como la formación de tornados.
-Su obra «Vis à Vis» es otra singularidad.
-La oposición de dos formas: la cúspide y algo redondo (liso y sin singularidad). La razón de los títulos es reírnos de nosotros porque no deberíamos tomarnos las matemáticas tan en serio. Es una profesión dura, y también hace falta un poco de alegría, de poesía…
-De belleza: la música es matemáticas para el oído.
-Estudio violonchelo para satisfacer ese equilibrio matemáticas-música. Sin embargo, en la música la sensación pasa directa al corazón, y en las matemáticas lo hace por el cerebro; y a los matemáticos, que tienen tanto trabajo cerebral e intelectual, les gusta percibir la belleza directamente por los sentimientos.
-Y cuando un matemático habla de la belleza de una ecuación, ¿a qué se refiere?
-No comparto esa perspectiva. Las fórmulas son bonitas porque resumen estructuras muy complejas con mucha información. Su belleza es la sencillez; pero cuando el matemático habla de lo bello piensa en lo que hay detrás, que es donde está lo interesante.
-Tienen fama de ser raros. Grigori Perelman, que resolvió la conjetura de Poincaré, no quiere premios ni dinero; vive en la miseria con su madre.
-Los hay muy enfocados en su trabajo, con valores distintos a los de la mayoría; muchos viven solos, trabajan día y noche, tienen un cerebro más evolucionado, más eficaz, y quizás eso esté en desequilibrio con otros valores humanos. Les falta el contacto social.
-Ahora Perelman quiere demostrar matemáticamente la existencia de Dios.
-Imposible. Sobre las estrellas hay muchos rumores.
-¿El principal reto de las matemáticas actuales?
-Hice una encuesta entre colegas sobre el propósito principal de su investigación, y no era las aplicaciones, ni la lógica ni el resultado: iban tras la curiosidad y la belleza. La curiosidad de ver un fenómeno y querer comprenderlo es la fuerza que lo mueve todo.
-Habla de encuesta (más números), la herramienta del político. ¿La política también es matemática?
-No. El político lo que necesita es tener contacto con la gente, aunque le vendría bien más intercambio con matemáticos, que tienen un entrenamiento particular para captar estructuras muy complicadas, y a veces el político solo reacciona por emoción, intuición… No les sobraría un poco de lógica.
-Olvida a los que actúan sumando sus intereses.
-Algunos hay.
-¿Y no estaremos en crisis porque no sabemos suficientes matemáticas?
-Obviamente, no. Hay una tendencia a medir todo en números, y es una simplificación muy peligrosa. Hay muchas otras facetas que importan, pero hay un interés inusitado en hacer rankings comparativos. Y ni es sensato ni está justificado, y causa problemas.
-¿La sociedad que no cultiva las matemáticas es más tonta?
-No. Las matemáticas no son el criterio de inteligencia, solo un aspecto.
-¿El miedo a la dificultad es el mayor prejuicio?
-Hay obstáculos. Uno es el lenguaje formal, que si no se entiende no se puede entrar en el diálogo; y otro, que pensar a veces implica sufrir.
-Y hablando de sentimientos, ¿qué le emociona?
-El vacío, pero no es una figura geométrica.
-¿Un consejo de sabio?
-El de mi director de tesis: no tomes una decisión sin sentir un pinchazo en la barriga.