El experto en criptografía Luis Hernández Encinas interviene
en Hablan los científicos
Inventar métodos más seguros para enviar información cifrada –es decir, oculta, salvo para su destinatario autorizado– es la principal tarea de Luis Hernández Encinas. Aunque su trabajo recuerde al de los espías de películas y novelas del género, las apariencias engañan. Este matemático dirige el departamento de Tratamiento de la Información y Criptografía del Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información ‘Leonardo Torres Quevedo’ (CSIC). Explicar lo que allí hacen investigadores de diferentes campos no es tarea sencilla. “Es complicado bajar al nivel del ciudadano de a pie cuando habitualmente manejas fórmulas y algoritmos”, explica. Pero Hernández no se resigna. Hasta cuatro veces ha participado en la Semana de la Ciencia con talleres para enseñar herramientas criptográficas al alcance de cualquiera, cómo utilizar el DNI electrónico o el funcionamiento de la mítica máquina Enigma. “Tenemos que saber transmitir las maravillas de la ciencia. El problema es que no tenemos una infraestructura para ello”, señala. En esta entrevista Hernández habla sobre la necesidad de más divulgación científica y también sobre las actuales amenazas a la ciberseguridad, los escándalos por el espionaje de EEUU o las cautelas que deben tener los ciudadanos en Internet.
Eres experto en criptografía, concretamente en generación de números pseudoaleatorios, criptografía de clave pública, criptosistemas basados en curvas elípticas, firmas electrónicas… ¿Cómo se traduce esto al lenguaje cotidiano?
Me dedico a todo lo que tiene que ver con los procesos de cifrar información, es decir, ocultarla para que solo el destinatario autorizado a recibirla sea capaz de recuperarla. Por ejemplo, si queremos enviar un documento cuyo contenido debe ser confidencial, lo que hacemos es modificarlo con algoritmos matemáticos y con una clave. Después se lo enviamos al destinatario y este, conociendo la clave adecuada, accederá a la información del mensaje original. Pero siempre habrá que asumir que el envío no es seguro porque alguien a mitad del camino puede lograr acceder al documento modificado. Hay que conseguir que al menos no sea capaz de descifrarlo.
¿Para qué se utilizan estos procedimientos?
Son utilizados por todos aquellos ciudadanos que quieren que la información que envíen sea confidencial. También por el mundo empresarial -cuando se intercambia información sobre planes de negocio-, por bancos y en todo lo que son las relaciones con la Administración pública electrónica. Por ejemplo, para obtener tu padrón municipal tendrás que identificarte. Para ello tiene que haber un protocolo criptográfico que asergure que tú eres quien dices ser.
¿Qué conocimientos teóricos tenéis los investigadores que os dedicáis a la criptografía?
La criptografía cae dentro de varios campos: matemáticas, física, telecomunicaciones, informática… Todo lo que tiene que ver con las ciencias de la computación. Pero una parte muy importante, la relativa a los algoritmos, son matemáticas. Continuar leyendo “No hagas en Internet lo que no harías en persona”