Para los expertos en modelos, el coronavirus llega con redoble de tambores: el sonido del momento de la verdad. Los matemáticos españoles llevan tiempo divulgando la utilidad de su ciencia en epidemias y las autoridades sanitarias les han tomado la palabra. Según explican a SINC los propios investigadores, les piden predicciones a corto plazo de las variables de mayor interés en la expansión del virus.
Ahora, decenas de matemáticos en España trabajan contra reloj para ayudar a decidir, en los próximos días, la duración de las medidas excepcionales.
Las universidades españolas han empezado a anunciar este jueves que la epidemia del coronavirus les va a impedir reanudar las clases presenciales. Entre ellas, las 10 andaluzas y las cinco valencianas públicas, la Rey Juan Carlos y la Autónoma de Madrid. El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha manifestado en una reunión con las comunidades autónomas que en su opinión no deberían retomarse debido al riesgo sanitario. Su comentario no ha sido discutido, según fuentes presentes, porque los Ejecutivos regionales son conscientes de que cuando se levante la cuarentena la recuperación de la movilidad será gradual y, en general, no ven compatible esos primeros pasos con el regreso de 1,1 millones de alumnos. La mayor parte de los campus están analizando qué hacer. La Complutense de Madrid no han descartado, de momento, que pueda volverse a las aulas. Las 12 universidades catalanas han acordado suspender la docencia presencial, al menos en abril y mayo, dejando abierta la puerta a que pueda retomarse algún tipo de actividad en junio.
¿Se pueden reducir unas perdidas en el 160%? Suponemos que sólo en el caso de que ahora hubiera ganancias. Por tanto, el titular no es aceptable. Pero el contenido todavía es peor porque parece decir exactamente lo contrario:
“Derivado de lo anterior, el resultado de explotación a 31 de mayo de 2016 se sitúa provisionalmente en pérdidas por importe de 2 6.454 euros, mientras el resultado del 2015 refleja un beneficio de 186.586 euros”, señala el informe para concluir que tras cruzar todos y cada uno de los indicativos, “el resultado a 31 de mayo de 2016 es negativo, con un importe de 23.529,92 euros, situándose un 160% por debajo del resultado a 31 de mayo de 2015”.
El grupo propone soluciones a los problemas de tráfico denso mediante el uso de control predictivo y modelos dinámicos complejos. Estos modelos, que son útiles no sólo para mejorar la gestión de infraestructuras, sino también para su utilización en aplicaciones biomédicas o de la industria petroquímica, se basan en ecuaciones diferenciales parciales que en el caso del tráfico describen la relación que hay entre el flujo y la densidad o la velocidad.
Según explica Eduardo Fernández Camacho, tradicionalmente existen dos formas de controlar el tráfico: mediante límites de velocidad variables y mediante el control de acceso de entrada a las autopistas/autovías. En el caso del puente del V Centenario se tiene también en cuenta una tercera variable: la utilización del carril reversible.
La nota de prensa continúa exponiendo la aplicación de este modelo en la ciudad de Grenoble y la participación de este grupo de investigación en HYCON2, una red de excelencia internacional financiada por la Comisión Europea para potenciar la cooperación en la investigación de control de sistemas dinámicos complejos.
De esta nota se han hecho eco algunos medios como el Diario de Sevilla. Es muy satisfactorio constatar que los medios están atentos a los resultados de investigación de la Universidad de Sevilla, aunque es algo desalentador leer algunos comentarios a la noticia.
¿Cuántas horas de tu infancia —o no tan infancia— te has pasado buscando a Wally en páginas y páginas repletas de objetos y personajes? Repasar con atención cada lámina de los libros de Martin Handford para que no se pasara por alto ni un detalle y hallar el escondrijo de la figurita, ataviada con su jersey a rayas rojas y blancas, gafas, gorro y bastón, proporcionaba tardes enteras de entretenimiento.
En ocasiones la paciencia se agotaba antes de llegar a encontrarlo. Con ánimo de buscar un truco para a dar con Wally rápidamente, el matemático estadounidense Randal S. Olson ha determinado cuál es el recorrido visual idóneo. En su página web detalla cómo ha llegado hasta él. Todo se debió a una nevada que le confinó en casa todo un fin de semana, por lo que decidió entretenerse refutando el método para encontrar a Wally que proponía un artículo de la revista digital Slate. “No soy un experto en Wally, pero incluso yo me daba cuenta de que la estrategia que planteaban estaba lejos de ser correcta”, escribe.
Por probabilidad, no pierdas el tiempo buscando en la esquina superior izquierda: Wally casi nunca está ahí.
Tampoco lo encontrarás en los bordes de la página.
Olvídate de la parte más baja de la página de la derecha.
Con esta información generó un algoritmo que permite trazar el recorrido óptimo que se debería hacer con los ojos para dar con el personaje larguirucho. La explicación matemática puedes leerla aquí y el resultado final es este:
Olson ha llevado su teoría a la práctica y asegura que tardó unos diez segundos en cazar a Wally en cada lámina del primero de los libros. Quizá pienses que siguiendo este método estos dibujos pierdan la magia, pero recuerda que la llave, el pergamino, el mago Barbablanca, Wenda, el perro Woof y el malo Odlaw siguen en paradero desconocido. ¡Suerte!