Algunos temas de debate para las próximas elecciones a rector/a de la Universidad de Sevilla

Publicado en Arquitectura Contable

Un grupo de profesoras y profesores que coincidimos como miembros de ADIUS (Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad de Sevilla) venimos conversando sobre las elecciones a rector – o rectora – de nuestra universidad, que podrían convocarse el próximo 3 de noviembre. Aquí os proponemos algunos temas que consideramos que deberían formar parte del debate entre diferentes candidatos/as. Nuestra principal intención es la de estimular el pensamiento acerca de nuestro presente y futuro como universitarios – al fin y al cabo esto es parte de lo que la sociedad espera de nosotr*s: que debatamos, pensemos y que no dejemos de ser crític*s…

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Intervención en la fachada a Reina Mercedes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la US durante las protestas contra el ministro Wert, hacia 2012.

Algunos temas, entonces, que pensamos que los/as candidatos/as podrían considerar para incluir en sus programas:

1. PDI / plantilla

Realización de un diagnóstico y un plan estratégico de plantilla a 4/8 años vista, que incluya la desprecarización de la constelación de figuras precarias y precarizadas, el restablecimiento de la promoción y la recuperación de los aproximadamente 500 miembros del PDI perdidos durante los años recientes, y un nuevo diseño de las carreras docentes e investigadoras. Cumplimiento o mejora del Convenio Colectivo del PDI laboral.

Implementación de nuevas modalidades de figuras docentes y/o regímenes de compatibilidad, regulación de FIUS, etc… que estimulen la docencia por parte de los profesionales más destacados en la Universidad de Sevilla en condiciones adecuadas, especialmente en aquellos campos de conocimiento en los que la práctica profesional es fundamental para el ejercicio de la docencia, como pueden ser Arquitectura, Ingenierías, Administración de Empresas, Derecho, Medicina, etc

2. Gobierno de la Universidad

Llevar al Claustro Universitario el debate del sufragio universal ponderado en las condiciones óptimas para su debate por la comunidad universitaria, y compromiso en cualquier caso de sincronizar los mandatos del Claustro Universitario y el/la Rector/a

Compromiso de profundizar en al democratización de la US, y en la transparencia de los procesos de gobierno.

Compromiso con la defensa de la autonomía universitaria en todos sus niveles.

3. Infraestructuras

Establecimiento de una Comisión de Infraestructuras de la US, y realización de un diagnóstico y plan estratégico de infraestructuras, que tenga entre sus objetivos la democratización de los procesos de decisión, la transparencia y la incorporación de criterios ejemplares de sostenibilidad en todas las obras de la US.

4. LOU/Bolonia

Realización de un diagnóstico participativo de la implementación la LOU / sistema Bolonia, y a partir de éste redacción de un informe, libro blanco… con plan de mejoras de las disfunciones y desigualdades que se identifiquen, así como propuestas al sistema universitario andaluz y del Estado Español.

5. Investigación y transferencia

Desarrollo de nuevos programas en el PPI para la intervención en los principales problemas sociales de nuestro entorno inmediato, en colaboración con administraciones y ciudadanía. Puede verse por ejemplo el modelo del Instituto de Cultura de Barcelona y BCN Lab, un consorcio en el que participan todas las universidades de la ciudad, las administraciones locales, las empresas y entidades de la sociedad civil para la producción de “ciencia ciudadana”.

Recuperación del objetivo explícito del IV-PPI de potenciación del apoyo a los jóvenes investigadores y a los grupos de investigación emergentes.

Creación de programas, espacios e infraestructuras para la transversalidad, como pueden ser redes de laboratorios y grupos de investigación dentro la US o la creación de espacios como el ya histórico Media Lab de MIT.

6. Burocracia

Compromiso de reducción de la burocracia, por ejemplo, un 3% anual durante el mandato de Rector/a.

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Parte de estos trabajos podrían realizarse como proyectos de investigación llevados a cabo por equipos de la Universidad de Sevilla como parte de los PPD y PPI, en convocatorias competitivas, y que posibiliten la formulación de diferentes perspectivas y que puedan ser debatidos por la comunidad universitaria; adecuadamente calendarizados para su implementación durante el mandato del/la futuro/a Rector/a electo/a.

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Fdo: Colectivo Hamlet: María Jesús Albarreal Núñez (Dpto. Construcciones Arquitectónicas II), Teresa Duarte Atoche (Dep. Contabilidad y Economía Financiera), Miguel Ángel Olalla Acosta (Dpto. Algebra), David Patiño Rodríguez (Dpto. Economía e Historia Económica), José Pérez de Lama Halcón (Dpto. Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas), Ángel Francisco Villarejo Ramos (Dpto. Administración de Empresas y Marketing)

Sobre las próximas elecciones a Rector/a en la Universidad de Sevilla

Ante la compleja situación de las universidades públicas en el Estado Español y la proximidad de las elecciones a rector/a en la Universidad de Sevilla, un grupo de profesor*s hemos visto la necesidad de animar el debate sobre el presente y futuro de nuestra Universidad…

arnie-levin-if-you-think-something-is-rotten-in-the-state-of-denmark-press-one-now-cartoonGrupo de profesores de la Universidad de Sevilla inician proceso de debate para las próximas elecciones a Rector(a)

Colectivo Hamlet

Something is rotten in the state of Denmark, W. Shakespeare, Hamlet, 1.4, ca. 1602

En el día de hoy miembros del Claustro Universitario de la Universidad de Sevilla se constituyeron como colectivo Hamlet, con el objetivo de promover la reflexión dentro y fuera de la Universidad de Sevilla de cara a las próximas elecciones a Rector o Rectora, que se convocarán previsiblemente a principios del próximo mes de noviembre. Las elecciones en la Universidad de Sevilla se convocan debido a la dimisión tras dos años de mandato del anterior Rector, Antonio Ramírez de Arellano, nombrado el pasado mes de junio como Consejero de Economía y Conocimiento del gobierno de Susana Díaz.

Entre los objetivos del colectivo Hamlet está impulsar un proceso de participación  y debate entre lo/as candidato/as  y los distintos sectores de la Universidad ( PDI, PAS y Estudiantes ) que desemboque en una alternativa de gobierno que desactive el statu quo de la Universidad de Sevilla. A juicio del colectivo, esto supondría un gesto de salud democrática y permitiría poner sobre la mesa los grandes temas que afectan a la comunidad universitaria y a la sociedad. Hamlet promoverá debates específicos sobre algunos de los asuntos que considera de relevancia para la Universidad de Sevilla en estos momentos, como son: la necesaria vinculación de la Universidad con los principales problemas que afectan a nuestra sociedad (el desempleo, las desigualdades crecientes, el desarrollo de un nuevo modelo productivo, el papel del sector público…), la precarización de la mayoría del Personal Docente e Investigador, la necesidad de superar el déficit democrático en el gobierno institucional, la transparencia  en la gestión de las inversiones en infraestructuras e investigación y la obligada revisión en la implantación del Plan Bolonia en la docencia.

Los componentes de Hamlet vienen manteniendo contactos con diferentes personas  de la Universidad de Sevilla y desean  impulsar  reuniones con un amplio sector de la comunidad universitaria e invitan a ésta a la participación activa y plural en este proceso electoral.

En Sevilla, a 9 de septiembre del 2015

Firmado:

Colectivo Hamlet: María Jesús Albarreal Núñez (Dpto. Construcciones Arquitectónicas II), Teresa Duarte Atoche (Dep. Contabilidad y Economía Financiera), Miguel Ángel Olalla Acosta (Dpto. Algebra), David Patiño Rodríguez (Dpto. Economía e Historia Económica), José Pérez de Lama Halcón (Dpto. Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas), Ángel Francisco Villarejo Ramos (Dpto. Administración de Empresas y Marketing)

¿Qué es el TTIP? De la democracia al gobierno de las transnacionales

Ayer la Eurocámara apoyó el TTIP gracias a un pacto entre Socialistas
y Populares. Por este motivo difundo, aunque hoy pueda ser tarde, 
este papel de Cristianisme i Justicia sobre el mismo. Conviene
formarse e informarse acerca de lo que se nos viene encima si no
hacemos nada.

Arturo Landeros

40760_1El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) es un tratado de libre comercio que se está negociando entre Estados Unidos y la Unión Europea desde 2013. Si no ha oído nada sobre él es porque las autoridades negociadoras de las dos regiones lo han mantenido en secreto durante las diferentes rondas de negociación. Hemos conocido una pequeña parte de su existencia y de las dificultades que tienen los eurodiputados de acceder a la información sobre su contenido, gracias a una serie de filtraciones. Los controles sobre su redacción son muy estrictos, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, defiende el secretismo en el que se ha manejado todo como parte del protocolo para la firma. Sin embargo, los lobbies de las empresas transnacionales están teniendo una participación muy directa como consultores en la redacción del mismo.

El TTIP se está negociando de espaldas a la ciudadanía lo cual ha hecho que mucha gente se pregunte sobre los riesgos que conlleva su firma. La presión social ha logrado que las autoridades europeas comiencen a hablar y a pronunciarse, pero en todo caso, la información no vendrá de Bruselas. Por eso es necesario mirar lo que ha pasado en otras regiones que han firmado tratados de libre comercio para entender la magnitud de lo que implica el TTIP. El ejemplo más claro es lo que ha ocurrido con el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica después de más de veinte años de su firma.

¿Qué aprendemos del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica?

Tras la caída del muro de Berlín, el libre mercado fue recibido acríticamente como el campeón de la pelea del siglo. Sabemos la manera fulminante en que fue acogido por los países exsoviéticos. También la manera en que fue impuesto a la mayoría de los países en desarrollo como condición para la renegociación de sus deudas, muchas de ellas ilegítimas. Pero se habla poco de cómo en Estados Unidos la apertura comercial despertó sospechas en ambas costas de su geografía. Las primeras voces críticas fueron las de los sindicatos que preveían una fuga de puestos de trabajo hacia los países que ofrecían bajos salarios en los que las transnacionales buscaban aumentar sus márgenes de ganancia.

Así, el anuncio de la firma del primer gran Tratado de Libre Comercio, el firmado en América del Norte entre Estados Unidos, Canadá y México (TLCAN), puso en alerta y movilizó a los sindicatos estadounidenses. Desde que culminó la edad dorada de la producción y de los salarios en Estados Unidos (1947-1973), los trabajadores venían notando las consecuencias de la flexibilidad laboral. Los años ochenta trajeron una situación que llegaría para quedarse en forma de salarios menguantes en industrias con alta tecnología manufacturera. Una paradoja que ponía en duda el mito del trabajador cualificado.

El caso de la Ciudad de Detroit es paradigmático. Se trataba de la mayor ciudad industrial dedicada a la manufactura automotriz en Estados Unidos, hogar de las Tres Grandes: General Motors, Ford y Chrysler. Si bien sus problemas empezaron desde la crisis del petróleo de 1973, Detroit vivió un prolongado deterioro industrial que comenzó con la caída sostenida de salarios. La industria del automóvil no dejaba de crecer, pero cuanto más trabajaba un obrero y más se capacitaba, menos salario percibía. Con la llegada del TLCAN muchos de esos empleos se fueron a la frontera norte de México. Quizá esta situación hubiera sido positiva si hubiera beneficiado a los trabajadores mexicanos para subir su nivel de vida. Pero en realidad fueron pocos los beneficiados mientras que la gran
mayoría de trabajadores y trabajadoras en México engrosaron un amplio ejército de reserva de mano de obra barata y sirvió como amenaza para evitar la organización sindical. Al poco tiempo los puestos de trabajo que habían llegado a México migraron hacia el sureste asiático.

Tan sólo en el estado de Michigan, donde se encuentra Detroit, 46.000 puestos de trabajo desaparecieron como consecuencia del Tratado de Libre Comercio de Norte América según el Economic Policy Institute (EPI), un centro de investigación estadounidense con vínculos con el sector sindical. Precisamente el debilitamiento de la fuerza sindical fue la primera fase para poder deslocalizar las empresas automotrices. El sindicato AFL-CIO, que agrupa a los trabajadores del sector industrial en Estados Unidos, asegura que el TLCAN ha significado la pérdida de, al menos, 700.000 puestos de trabajo. Detroit es hoy la ciudad más grande del mundo en bancarrota. Una imagen decadente rodeada de óxido y abandono.

Otra imagen desoladora son los restos de las pequeñas granjas familiares rodeadas de grandes campos agroindustriales del medio Este. Campos enormes de monocultivos de maíz y soja subvencionados por el gobierno enmarcan lo que fueron cultivos diversificados de pequeñas propiedades familiares. Las grandes extensiones se encuentran cercadas y en ellas se puede leer carteles con los nombres de Monsanto o Archer Daniels, grandes empresas de semillas transgénicas. Estas empresas controlan la producción y la exportación de productos modificados genéticamente que al ser subsidiados llegan a bajo precio a los hogares del vecino país del sur. Esas familias en México han pasado de ser productoras de maíz, cultivo nativo y centro de origen, a ser importadores netos. La competencia desleal y la asimetría han marcado las relaciones ejercidas desde los lobbies corporativos del agronegocio.

Si bien no todo es atribuible al TLCAN, en cierto modo ha sido un experimento que ha inaugurado una época en la que no basta con tener un empleo capacitado para poder llevar un nivel de vida aceptable. De hecho, por primera vez en Estados Unidos habrá una generación que no tendrá un mejor nivel de vida que sus padres.

Frente al TLCAN hubo una resistencia heroica de los trabajadores del campo y de la ciudad en los tres países involucrados. De hecho, fue el detonante de la insurrección indígena en el sur de México cuando la mañana del 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional hizo coincidir su alzamiento en armas con la entrada en vigor del TLCAN, advirtiendo que se estaba condenando al campo a la desaparición. Veinte años después más de dos millones de campesinos mexicanos han perdido sus tierras y con ello sus trabajos. La lucha sindical en Estados Unidos fue fuerte en algunos sectores, pero la inercia del golpe a los sindicatos libres pasó factura para poder conservar derechos que se han perdido. Poco se sabía a ciencia cierta de sus efectos, pero a veinte años de distancia quedan pocas dudas de lo que significó para la mayoría de los trabajadores y campesinos empobrecidos.

¿Qué peligros hay para los pueblos de Europa con el TTIP?

A más de veinte años de distancia del TLCAN, un nuevo tratado irrumpe ante la crisis del capitalismo global, el Tratado Transatlántico o TTIP, por sus siglas en inglés. Ambos están hermanados en las falsas promesas de empleo y mejoras en los niveles de vida. Las voces a favor dicen que se incrementará el comercio entre las dos regiones. Las empresas europeas podrán ser tratadas como empresas locales en Estados Unidos y viceversa. Señalan que los aranceles desaparecerán y que los productos y servicios podrán ser comercializados sin trabas. Para ello se creará una comisión reguladora que armonice las legislaciones de ambos lados del océano. En este punto es donde las voces críticas ponen un primer alto. Vista la experiencia previa con el TLCAN, la armonización regulatoria puede parecerse más a una regulación a la baja para permitir que los productos norteamericanos puedan encontrar menores resistencias en el mercado europeo. Tal es el caso de los productos transgénicos que hoy se comercializan libremente en Estados Unidos. O la baja protección fitosanitaria comparada con la europea. Los servicios públicos como la salud o la gestión del agua estarán también en la mira de los desreguladores.

Además uno de los temas más preocupantes es el relacionado con los tribunales de controversias, como el llamado ISDS, una especie de arbitraje de diferencias entre los estados y los inversores. Es un mecanismo incluido dentro del TTIP que permitiría a una empresa llevar a un Estado ante un tribunal internacional privado con el fin de esquivar la legislación nacional. Existen muchos casos de cómo estos juicios han beneficiado a la empresas a costa del dinero público de los países. La empresa energética sueca Vattenfall está reclamando a Alemania 3.700 millones de euros en compensación por la decisión de cerrar gradualmente las centrales nucleares a raíz del desastre de Fukushima; la tabacalera Philip Morris ha demandado a Uruguay por una campaña antitabaco que elimina la publicidad de las cajetillas; Egipto espera el resultado de un arbitraje después que la empresa Veolia denunciara al país por el aumento del salario mínimo. Así el ISDS otorga a las grandes empresas el poder de cuestionar decisiones democráticas incluso a favor de la salud de la población.

La misma Comisión Europea ha admitido que es probable que el TTIP provoque un perjuicio para los empleos en Europa, muy dependiente del comercio intraeuropeo. Un estudio de la Universidad de Tufts en Estados Unidos alerta de una pérdida de 600.000 puestos de trabajo en la Unión Europea de los que 90.000 serán de los países del sur. De hecho Bruselas ya contempla ayudas para el desempleo generado por el TTIP, algo un poco contradictorio.

El TTIP facilitará la entrada de las empresas privadas como proveedores de servicios públicos en el contexto actual de políticas de recortes y austeridad en Europa. Las grandes empresas estadounidenses tienen intereses en los servicios sanitarios, en la educación y en la energía. La firma del TTIP haría irreversible las privatizaciones que se han venido haciendo durante los últimos años.

La alimentación también se está negociando. El centro del debate se encuentra en las restricciones referentes a los organismos genéticamente modificados, los pesticidas, la carne tratada con hormonas y promotores de crecimiento. La legislación europea no es perfecta, pero es más estricta que la de Estados Unidos donde el 70% de los alimentos procesados contienen ingredientes genéticamente modificados. La presión de los lobbies de la industria agroalimentaria podría provocar que las políticas de etiquetado en los productos europeos se modifiquen de tal forma que no indiquen la procedencia de los alimentos o si éstos incluyen transgénicos.

¿Estamos a tiempo de detener el TTIP?

Existen ciertos momentos en que uno piensa que las cosas podrían haber tomado un giro distinto para no terminar en un callejón sin salida. De firmarse el TTIP el mundo caminará hacia la entrega total de las democracias al poder económico de las transnacionales, las verdaderas ganadoras. Las batallas sindicales contra el TLCAN no han prosperado, pero ha habido otros tratados que se lograron detener gracias a la movilización popular. El TTIP es opaco y antidemocrático, una amenaza para el empleo y un retroceso para el medio ambiente. En la medida en que se ha arrojado luz sobre su contenido, los negociadores y los lobbies de las empresas han tenido que dar explicaciones que ahondan más en el secuestro de la democracia. Muy poco sabemos sobre cómo continúan y qué contienen las negociaciones. Incluso desconocemos la fecha de la firma. Pero en caso de que sea firmado, todavía falta que los parlamentos de los países de la Unión Europea ratifiquen el TTIP. Estamos a tiempo de cambiar el futuro de los pueblos de Europa al detener la firma del tratado. Esto equivale a poner a las personas y al planeta por delante del capital.

Arturo Landeros es miembro del colectivo Educació per a l’Acció Crítica (EdPAC)

Aqui el artículo en PDF

Se nos ha ido Concha Caballero

ConchaHoy es un día tristísimo, se nos ha muerto Concha Caballero. Descanse en paz.

No se me ocurre mejor manera de rendirle homenaje que recordando un artículo suyo de este último mes de julio.

¿Educación o mercado?

Concha Caballero en el País

Sentado junto al Ministro de Educación, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, afirmó que “los universitarios españoles tienen un nivel comparable a los estudiantes de secundaria de Japón”. Busco algún dato que avale esta información y resulta que el estudio —todavía no publicado— procede de una Fundación denominada Conocimiento y Desarrollo que está presidido por Ana Botín, consejera del grupo Santander y miembro del Consejo de Administración de Coca-Cola. De esta fundación forman parte, también, un nutrido grupo de grandes empresas españolas que buscan, entre sus objetivos, adecuar el sistema universitario al mercado laboral.

En la misma comparecencia, el secretario de la OCDE se manifestó a favor del copago universitario y de convertir las becas actuales en un sistema de préstamos a devolver por el estudiante. Los medios de comunicación “compraron” inmediatamente el escandaloso titular y casi ninguno citó que se trataba de un estudio de un grupo empresarial. Junto a esta noticia, que desacreditaba el conjunto de la Universidad española, se relacionaba el paro con la sobretitulación o la titulación equivocada de nuestros jóvenes y no con el modelo productivo de nuestro país. Al parecer hay millones de puestos de trabajo pero nuestros jóvenes, ay, tienen titulaciones equivocadas. Debe ser por eso por lo que en medio mundo se les recibe con los brazos abiertos mientras que en nuestro país el mercado laboral los expulsa.

Varios días después se dio a conocer un informe sobre la educación financiera de los jóvenes de 15 años y en el que los estudiantes españoles han quedado en la cola. Esta vez sí se trata de un informe de la OCDE solo que no es un informe global sino reducido a una quincena de países. Nuevamente mi sorpresa es que el BBVA patrocina estos estudios y su presidente, Francisco González, afirma que “la educación financiera es una tarea colectiva”. El caso es que los alumnos que tenían cuentas corrientes en bancos (al parecer un 50% de la muestra) sacaron muchos puntos de ventaja sobre el resto. Pero la desigualdad social no es algo que preocupe en absoluto a la OCDE ni a sus estudios, lo importante son los resultados, la competencia, la evaluación numérica, que no evolutiva, de los alumnos. Según González, la educación financiera es “una parte muy importante de lo que es una sociedad en cuanto a tomar decisiones informadas en cuanto a su ahorro, en cuanto a su gasto. Hace que los ahorradores sean más consistentes y que los deudores sean mucho más responsables en el tiempo”. O sea que la labor de la educación es la simple integración en el mercado laboral y la de formar ciudadanos que paguen a los bancos.

Me informo de que han empezado a emerger empresas evaluadoras, compraventa de pruebas valorativas, cursos especializados para que los centros obtengan resultados superiores al calor de esta fiebre cuantificadora del sistema educativo. En algunos países asiáticos ya se someten a pruebas de hora y media de duración a niños de seis años. Desde pequeños hay que inducirlos a competir en el mercado. En vez de un nombre, una historia, una cultura, serán un número en la escala global que les otorgará su lugar exacto en el mercado laboral.

La mercantilización de la educación no es ya una tendencia sino una realidad que se expone con descaro y sin el menor respeto a la comunidad educativa. La opinión del profesorado, de la pedagogía, de las ciencias sociales no cuenta para nada en el diseño educativo. Son las empresas y la banca los que diseñan la orientación y las materias que se imparten. La educación como proceso de formación del ser humano, de transmisión de cultura, conocimientos, creatividad y crítica ha sido suprimida sin contemplaciones. No hablemos ya siquiera de su valor como equilibrador social y como igualdad de oportunidades. Por eso, la OCDE que no la Unesco ni algún organismo internacional de rostro más humano ha ocupado el lugar de autoridad educativa mundial. A no ser que se produzca un movimiento de regeneración educativa, aviados vamos entre el inmovilismo de la vieja escuela y la mercantilización brutal de nuestro futuro.