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FÓRMULA HIPSTER
La Matemática —a saber: “la ciencia de las conclusiones necesarias”, en ceñidas palabras del norteamericano Benjamin Peirce— ha vuelto a poner su elegancia y formalismo a disposición de causas importantes y, desde abstracciones y axiomas, desentrañó uno de los grandes interrogantes del nuevo milenio: ¿por qué todos los hipsters acaban pareciéndose los unos a los otros? Tamaña pregunta motivó al neurocientífico matemático Jonathan Touboul, del Collège de France, en París, a crear una ecuación que desentrañase el misterio de cómo los inconformistas por definición acaban conformándose con look, moda, intereses, etcétera, similares. ¿Paradoja aplicada? Así pareciera ser, de coincidir con las conclusiones del paper viralizado, sencillamente titulado “El efecto hipster”, que oscila entre la física estadística, la bifurcación de Hopf, entre otras cuestiones, para dar con una explicación plausible.
Acompañado por fórmulas complejas, cuenta Touboul en su explicación que, “detectado un desequilibrio azaroso, todos los individuos inconformistas tenderán a desalinearse de determinada tendencia, independientemente de que aumenten en proporción y que generen un claro sesgo contrario a aquella tendencia. Esto será detectado pasado un tiempo, dando lugar a un cambio recíproco, oscilación que volverán a repetir periódicamente. Ergo, más allá de sus esfuerzos, siempre acabarán por fracasar en su intento por salirse de la línea”. ¿Otro “hallazgo”? Que la capacidad y velocidad al momento de reconocer moda es directamente proporcional a la distancia con las personas que las siguen. “La fórmula tiene aplicaciones en otros fenómenos colectivos, incluido el mundo de las finanzas y de la economía”, explica el francés. “En otras palabras, encontrar un hipster verdadero es tan posible como montarse a un unicornio. Al menos, según la fórmula matemática”, resumen medios a lo largo y ancho. Y la suma da redonda.
Pueden obtener el preprint en arXiv.org